Cuento – La importancia de un grupo
Un hombre que regularmente asistía a las reuniones de
un grupo, sin ningún aviso dejó de participar de sus actividades. Después de
algún tiempo, el líder de aquel grupo decidió visitarlo en su casa. Era una
noche muy fría. Lo encontró en casa, solo, sentado delante de la chimenea donde
ardía un fuego brillante. Adivinando la razón de la visita, el hombre lo invitó
a sentarse frente a la chimenea y se quedó esperando. Se hizo un gran silencio.
Los dos hombres solo contemplaban la danza de las llamas en torno de los
troncos de leña que ardían. Al cabo de unos minutos el líder seleccionó
cuidadosamente una de las brasas que ardían y la empujó hacia un lado. Volvió a
su asiento y esperó en silencio. Al poco rato, la llama de la brasa solitaria
disminuyó su brillo hasta que se apagó. En poco tiempo lo que antes era una
fiesta de luz pasó a ser un pedazo de carbón muerto recubierto de una espesa
capa de ceniza grisácea. Ninguna palabra había sido dicha por ambos. El líder,
antes de irse, puso nuevamente al carbón en el medio del fuego. Casi
inmediatamente se volvió a encender alimentado por las llamas de los carbones
ardientes en torno a él. Mientras el líder se retiraba el hombre le agradeció
por su visita y por la profunda enseñanza, mientras le aseguraba que
participaría de la próxima reunión del grupo.
Autor desconocido. Cuento tomado de internet.
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