UNA CARTA PARA TI… TE ESPERO
Esa idea que te hace ser quien no quieres ser; esa idea que te tiene donde no quieres estar, esa idea que te aleja de mí… esa no es tu idea.
Está allí y se queda. Me ha arrinconado, pero sigo viva. Estoy intacta, solamente un poco presionada por las circunstancias, pero sigo aquí. No me iré nunca de ti, te esperaré hasta que te des cuenta que siempre estuve y seguiré estando adentro tuyo, porque formo
parte de ti desde que naciste.
¿Cómo llegó la otra idea? ¿Cómo entró en ti? ¿Quien la trajo?
¡Qué importa! Eso ya pasó, eso es historia, lo importante es el ahora.
Si ella se queda no dejará que estemos juntos, y nosotros nacimos juntos. Dios nos creó
así, estamos programados para vivir y morir juntos.
Quiero que nuevamente seamos el uno para el otro, pero esta vez en forma definitiva,
sin altibajos en nuestra relación. Quiero que recorramos juntos una vida llena
de satisfacciones, de alegría y de amor, y que vivamos felices, amándonos hasta
el final y deseando que la otra idea que saldrá para siempre no se acerque
nunca más a tu cabeza.
Plántate frente a ella y dile: ¡Vete, a ti no te quiero más!
A partir de este momento comenzarás a quererte a ti misma y a quererme a mí. Y
juntos podremos amar a quienes nos rodean como hasta ahora no lo pudimos hacer
por culpa de esa…
Tu no la conoces bien porque se mimetiza y se esconde, a veces está y a veces no,
pero siempre vuelve. La sociedad la disfraza y te la presenta sonrientemente
como modelo de vida, y te muestran otra cara que no es la que tú sientes por
adentro.
Te la voy a presentar: tu idea errónea tiene un nombre y se llama: exceso.
Cuando quieras, nos encontramos en un amor eterno en el instante en que me busques. Tú
sabes dónde puedes encontrarme: yo también vivo en tu cabeza.
Con todo mi amor. Tú delgadez saludable.
Richard Frenkel
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