viernes, 6 de mayo de 2022

CARTA DE EXPRESIÓN DE SENTIMIENTOS PARA TI, MUJER

CARTA DE EXPRESIÓN DE SENTIMIENTOS PARA TI, MUJER

¡Hola!

Te estoy buscando. ¡Sí! ¡A ti, mujer! Aunque todavía no te conozca personalmente.

Es un enorme placer comunicarme contigo por este medio. Aunque todavía no te conozca personalmente.

Para que tú me vayas conociendo - aunque al menos sea por ahora a través de la palabra escrita - comienzo a dejar fluir mis emociones y a escribir lo primero que me salga. Todo lo que siga va dedicado a ti, mujer única. Aunque todavía no te conozca personalmente.

Me aflojo, te visualizo cómo un ángel de pura bondad, cómo un ser etéreo sin un rostro específico pero que denota una enorme alegría interna y voy tomando las palabras que van saliendo de mi corazón, palabras que comienzan a aflorar y me hacen poder expresar por escrito los sentimientos que sólo pueden salir al visualizarte a ti mujer única, con un corazón enorme, un corazón que está adentro de una persona grandiosa en bonhomía, espíritu y ganas de vivir el gran romance de tú vida conmigo: Esa persona eres TÚ. ¡Así te visualizo! Aunque todavía no te conozca personalmente.

Siento, vuelvo a sentir, me estremezco y todo mi cuerpo vibra con una emoción profunda que emana desde el medio de mi pecho con cada palabra que va fluyendo desde lo más profundo de mi corazón, palabras que van destinadas a ti mujer única, imaginándome que te las estoy diciendo al mirárte a la cara y profundamente a los ojos, haciéndote vibrar al igual que vibro yo y - estoy seguro – que las atesorarás muy profundamente dentro de tú corazón cual mágico regalo inesperado. Aunque todavía no te conozca personalmente.

Se que existes, que estás allí y que no pasará mucho tiempo para encontrarnos para ya no separarnos nunca más.  Te digo que “me encantaría encantarte como nadie te encantó hasta ahora” y no te lo digo como una mera frase halagadora, sino que son palabras que salen de lo más profundo de mi deseo, expresiones de un tremendo deseo de amarte que estaba dormido en mí desde hace mucho tiempo, a la espera de ser dichas ante la persona que Dios dispusiese que se las diga. Aunque todavía no te conozca personalmente.

Eso es lo que siento en este momento y por eso te las digo. Aunque todavía no te conozca personalmente.

Por la forma en que se me cierra el pecho al visualizarte a medida que voy escribiendo estas palabras, desde ya te doy las gracias eternas por haberme sacado de peatón en este preciso momento. ¡Sí!  Acabo de comenzar a sentir que estoy flotando en una nube muy blanca y presiento que mientras que nos amemos, nunca más voy a tocar el suelo. Creo no equivocarme al decir que por fin Dios oirá mi pedido y envíe a que me conozca y qué yo pueda conocer - todo en uno - a una mujer con forma de ángel y a un ángel en forma de una mujer: ¡ESA ERES TÚ! Aunque todavía no te conozca personalmente.

Dios hará lo suyo, yo estoy haciendo lo mío - sin vergüenza de expresar lo que siento - para cumplir con el sueño de conocernos para poder vivir la más hermosa historia de amor que jamás haya existido ni que vaya a existir. Ahora te toca a ti. Haz lo tuyo y date a conocer. Por favor hazlo por privado. Comienza a expresar - si es qué te pasa y sientes algo similar a lo que siento yo - para poder así conocernos. Aunque todavía no te conozca personalmente.

De ser así, de la palabra escrita pasaremos a charlar por pantalla y lo haremos de tal manera que luego de un corto tiempo lo único que nos quedará, será esperar el momento de encontrarnos físicamente, para fundirnos en un abrazo muy profundo qué no terminará jamás y nos transportará como seres etéreos por los lugares más recónditos de un universo desconocido, nunca hasta ahora nunca recorrido por ninguno de nosotros por separado: el universo del amor perfecto despojado de mezquindades.

Me despido con una frase que te escribí para reflexionar y qué viene muy bien para este momento:

“Recorrámosla siempre con cambio, la vida no tiene vueltas ni vuelto. ¡Pero hagámoslo juntos!”.

Desde este lugar tan hermoso en qué me has puesto a vivir, desde aquí arriba donde estoy, desde la nube del amor soñado, la nube más blanca y perfecta que jamás pudo haberse formado, te envío el abrazo y el beso más fuerte que jamás te hayan enviado. Todo esto me está pasando aún cuándo todavía no te conozco personalmente.

Richard Frenkel

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