EL CLIC, EL BAMBU JAPONÉS Y EL CONCEPTO DE LA SUFICIENCIA
Extractado del
libro 4 El Alivio de lo Suficiente de Richard Frenkel.
Todo proceso de
cambio trae implícito un tiempo de espera, justamente porque es un proceso y no
un hecho eventual.
El concepto de la suficiencia,
aplicado a los excesos de todo tipo, viene a producir ese cambio tantas veces
soñado por las personas que están tomadas por los excesos, sin saber cómo salir
de este proceso adictivo con sustancias, comidas o situaciones de todo tipo.
Si bien todos
esperamos ese famoso “clic,” o hecho inicial que nos de la señal de partida
para comenzar dicho proceso de cambio, debemos tomar en cuenta que es solamente
el punto de partida.
El famoso “clic” no
es la solución mágica que soluciona todos los problemas en un instante, no es
la solución en sí misma de ningún problema específico, sino que ese “clic” es
el “clic” de la cerradura de la puerta que se abre, para mostrarnos esta vez sí
el verdadero camino que debemos recorrer, para solucionar definitivamente el
tema de separar los excesos de lo que es suficiente para nosotros, en el área
de la vida que nos estemos ocupando.
El concepto de la suficiencia
es ese “clic”, ese giro de 180º en nuestra manera de pensar, solamente en el
área de los excesos, ese punto de largada que debemos hacer en nuestra mente
para ver clara–mente y visualizar cuál es la medida de lo suficiente y cuál es
el exceso que nos hace daño. Ese es el “darse cuenta” que es puramente
vivencial y sentimental, es el famoso me “cayó la ficha”, el famoso “I got it”
en inglés.
Pero a diferencia de
otros “clics” que hemos tenido con anterioridad, el concepto de la suficiencia
nos trae esta vez una sensación que nunca antes la habíamos sentido cuando nos
decidíamos a encarar el tema frente a los excesos. Nos trae en el preciso
instante de la toma de decisión, en una fracción de segundo, una sensación que
estuvimos buscando toda la vida y que no habíamos podido encontrar nunca: la
sensación de calma y el alivio por saber profundamente que, esta vez, se ha
encontrado la solución definitiva a este tema, sin sentir nunca más
restricciones de ningún tipo.
Una vez que tengo
incorporado el concepto de la suficiencia en mi mente y en mi corazón y la
medida de lo suficiente en mis ojos y en mi estomago (en el caso de los excesos
de comida) lo puedo ir llevando a todas las distintas áreas de la vida en que
tenga problemas con los excesos. No más sentir que hago una más de las
tradicionales dietas restrictivas reengordante de las creadas en el siglo veinte,
no más sentir restricciones en nada, no mas sentir la sensación de poco, no más
sentir que me falta algo, no más sentimientos de compensación, no más
compulsiones producidas por las restricciones, no mas angustias por no poder
comer lo que uno quiere.
Con el concepto de la
suficiencia uno siempre come todo lo que quiere y eso trae mucha paz, calma y
alivio. Porque con la suficiencia uno tiene el 100% de todo lo que quiere a
cada momento del día. Con la suficiencia uno vuelve por primera vez después de mucho
tiempo a ser el dueño de su “quiero” propio, que antes estaba en manos de los
excesos.
¿Y cómo relacionamos
todo lo anterior con el bambú japonés? (1)
No hay que haber
nacido en el campo para saber que para lograr que una cosecha sea productiva se
requiere de buena tierra, de buenas semillas, de buen abono y de riego
constante. También sabemos que quienes cultivan la tierra no se paran
impacientes frente al campo y esperan ver salir al otro día las plantas sobre
la superficie de la tierra. Tampoco agarran semilla por semilla y tiran de
ellas para que el brote salga rápidamente y crezca más ligero, porque saben que
la semilla que sembraron debe pasar por el proceso de desarrollo que la
naturaleza le impuso, tampoco se ponen a gritar y a protestar ante los miembros
de su familia porqué no sale la cosecha al otro día de haber plantado las
semillas.
Menos aún se ponen a
suplicar ¡crece por favor!
El bambú japonés,
tiene un ciclo de crecimiento que es muy curioso y diferente a todos los
tradicionales en el mundo vegetal y que lo transforma en no apto para
impacientes: El proceso es similar como en todos los casos conocidos. Primero
hay que sembrar la semilla, luego hay que abonarla y el proceso sigue con el
regado constante.
Durante los primeros
meses y años no sucede nada diferente y que se pueda ver. En realidad, no pasa
absolutamente nada con la semilla durante los primeros cinco años, ¡si, cinco
años! a tal punto que, si el proceso lo hubiera hecho alguien que no tiene
experiencia en el sembrado de bambú japonés, podría pensar que le vendieron
semillas de mala calidad o que directamente no servían.
Sin embargo, durante
el quinto año, se produce el milagro de la naturaleza, en un período de sólo
seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!
¿Tardó sólo seis
semanas en crecer?
No, la verdad es que
se tomó cinco años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros cinco
años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema
de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de
cinco años.
Sin embargo, en la
vida cotidiana y especialmente en el tema específico de enfrentar el tema de
los excesos, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos
apresurados, sin entender que el éxito, es simplemente resultado del
crecimiento interno de una toma de decisión y que éste requiere de un tiempo
prudencial para ver los resultados.
De igual manera, es
necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones, de
cualquier índole, en las que creemos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser
extremadamente frustrante, para las personas que no tienen tolerancia a la
frustración.
En esos momentos (que
todos tenemos) cuando nos pasan por la cabeza esos impulsos de dejar todo lo
que estamos intentando hacer para darle una solución definitiva al tema de los
excesos, pues no vemos los resultados inmediatos que nos propusimos, sin
entender que uno es dueño de tomar las decisiones para mejorar, pero no es el dueño
de los tiempos que tiene nuestro cuerpo de llevar a cabo esas decisiones, en
esos momentos hay que recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y
aceptar que -en tanto no bajemos los brazos - ni abandonemos por no
"ver" el resultado que esperamos, SI está sucediendo algo..., dentro
nuestro: estamos creciendo, madurando y saliendo de un proceso que en algunos
casos nos llevo a vivir toda una vida
basada en ideas erróneas que nos mantuvieron atrapados por los excesos, hasta
el día de hoy.
Quienes no se dan por
vencidos, quienes adopten el concepto de la suficiencia como modelo para poder separar
los excesos que hacen daño, de lo que es suficiente para vivir con calma,
alivio y alegría, van a ir gradual e imperceptiblemente creando los nuevos hábitos
y el temple que les permitirá sostener el éxito, que comenzó en el preciso
instante de la toma de decisión y que irán viviendo plenamente, con alegría, en
salud y sin restricciones a cada momento.
Así como en el
crecimiento y desarrollo del bambú japonés, cada gota de agua que recibió
mientras lo regaron durante cinco años hizo la diferencia entre vivir o secarse,
así, con cada unidad de suficiencia que incorpores a tu vida, el crecimiento
será constante y será también la diferencia entre vivir, pero no secarse, en
este caso será no secarse las lágrimas por haber tenido la posibilidad de vivir
la mejor de las vidas y haberla desaprovechado.
Si no consigues lo
que anhelas en un periodo corto de tiempo, no desesperes... quizá sólo estés
echando las raíces del concepto de la suficiencia…pero ya no estás sólo. Estoy
contigo si estás contigo. Estoy contigo en un proceso de coaching de vida para
acompañarte día a día, hasta que resuelvas los temas de tú vidas pendientes de
resolución.
1- Nota: La historia
específica del desarrollo del bambú japonés no la he escrito yo, la he tomado
de un cuento de internet.
Richard Frenkel - Life
Coach - Escuela Internacional de Vida Saludable
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7964
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