Testimonio – junio 2013
Una forma directa de testimoniar como estoy ahora, que se cumplen exactamente 8 meses de la
primera vez que me senté delante de Richard Frenkel, para que me cuente de que
se trataba su propuesta; sería decir que peso 28 kilos menos, que nunca hice
una dieta restrictiva, que nunca tuve hambre ni siquiera el primer día, que
nunca estuve tentado, que me siento notoriamente mejor, que mi cuerpo cambio
visiblemente, que camino todas las mañanas mas de una hora y que estoy mucho
mejor anímicamente.
Pero esa narración es nada más que una parte, importante, pero solo una
parte.
Después de mas de 40 años intentando bajar de peso con todos los métodos que ofrece y
ofreció “el mercado de los gordos”, después de mas de cuarenta años y haber bajado
mas de 140 kilos y haberlos vuelto a engordar, después de todo eso, la
capacidad de creer se reduce mucho y está mas que justificado que así sea.
Cuando pude escuchar y entender,
que lo que me ofrecía Richard no era ni un grupo, ni una dieta, ni un
tratamiento, no me hablo nunca de comidas Light, de plato permitido, de
cantidad, calidad y frecuencia, no me hablo nunca de enfermedad ni de adicción, de mantenimiento,
de que después de 72 horas se te pasa el hambre, que tenemos que llamar por
teléfono a los compañeros para ver como están, nada de eso. Solo me dijo que todo lo que nos
habían contado y propuesto durante años, no es verdad.
Que no soy gordo, que solo estoy con sobrepeso por que le doy comida en
exceso a un cuerpo que no me la pide, que el cuerpo no pide nada, solo requiere
ser nutrido 4 veces al día y mantenerse hidratado durante las 24 horas del día
y que al no haber exceso la propia grasa se irá fagocitando y entonces el
Orlando delgado y saludable aparecerá delante de mis ojos y ante la mirada de
los otros.
Todo está en mi cabeza, el cuerpo siempre responde.
Es tan simple, tan concreto, tan claro, tan fácil que uno se pregunta
por que tanto camino recorrido sin resultados duraderos, pero rápidamente alejo
ese pensamiento y disfruto el ahora que es el único momento sobre él que puedo actuar.
El pasado pasó, el futuro puedo planificarlo, pero vivir, solo este momento,
solo ahora.
Richard me enseño muchas cosas
pero entre ellas hay una que es la disparadora de mis mejores actitudes y de
mis mejores pensamientos: es la palabra SUFICIENTE , ni poco ni mucho, no chico ni
grande, ni dulce ni salado, ni prohibido ni permitido, ni transgresor, ni
obediente solo SUFICIENTE, mi medida de lo suficiente, que es propia, que la
aplicó a muchas otras cosas de mi vida.
Cuando me pregunto si es suficiente, evito el siguiente paso por que sé
que es exceso.
Y esto sirve desde una rodaja de
pan a una nueva pregunta a alguien. Es válido para comprar un video ó alquilar
una casa de
veraneo. SUFICIENTE, el alivio de lo suficiente, me cambio el cuerpo, el ánimo,
el humor y el carácter.
Ahora solamente vivo la vida que
siempre había debido vivir con lo suficiente en todas las áreas, nutro a mi
cuerpo con los alimentos suficientes, hidrato a mi cuerpo con el agua
suficiente, muevo a mi cuerpo lo que este requiere, en la medida de lo
suficiente y mientras tanto sigo viviendo, sin hacer dietas, sin mantener nada.
Mucho más seguro, enfrentado los buenos
y malos momentos que ofrece la vida, pero
con una herramienta infalible,
tengo mi quiero propio, no digo mas sí, sí pienso que es no y viceversa.
Orlando Di Pino
dipino@quesadayasoc.com.ar
Junio de 2013.
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