TESTIMONIO SRA. CRISTINA TORTORELLA – JUNIO 2013
En la navidad pasada al brindar pedí tres deseos, y uno de ellos fue pasar 10 kilos menos.
En enero escuche en la radio a Richard Frenkel, que hablaba sobre el concepto de la suficiencia aplicado a los excesos y a las faltas y me llamó la atención cuando dijo que el cuerpo solo tiene requerimientos y que no necesita nada.
Ese concepto impactante hizo que lo llamara y al ser atendida, escuchada personalmente y recibir información al instante desinteresadamente, decidí comenzar el programa el día 26 de febrero. Conocí a una persona seria, de palabra y llena de saber.
Hoy en junio con 9 kilos menos, comprendo que debo cuidarme porque la salud tiene un valor estratégico en mi vida.
A medida que se desarrollaba el programa, sin hacer dietas restrictivas, casi sin darme cuenta, me fui dando cuenta de muchas cosas y encontré herramientas para abordar mi ser interior. El alma dolida y los pensamientos erróneos que traía, se fueron transformando en un bálsamo agradable pues la mente no quería que el alma emerja y el cuerpo hablara. ¡Hoy mi cuerpo habla por su propio peso!
Yo soy profesional universitaria, estudié e hice muchas cosas en mi vida y este “algo más”, que encontré al realizar el programa de 112 días de duración, me ha sorprendido en 112 importantísimos “algo más”, ¡fueron los “darme cuenta” diarios surgidos de mi hora de intravisión! (ese es el nombre que se le da a la hora de reflexión en mi casa, que forma parte del programa).
La sociedad nos condiciona para creer que lo fácil es lo fácil (sedentarismo, droga, nicotina, alcohol, excesos de comida, etc.), pero para nosotros lo fácil es difícil. Richard me enseñó que cambiando una sola letra “difícil” queda “di fácil” y logré con un giro revolucionario de 180º poder decir cada día ahora todo es ¡fácil!
Nutrir a mi cuerpo correctamente, hacer actividad física, hacer con excelencia la tarea de organizar mi agenda (ahora tengo el tiempo que antes no me daba cuenta que tenía), planificar los actos de alimentación hacia mi cuerpo, planificar las compras por adelantado para no hacerle caso a mi mente en el momento, entrenarme en hacer propia la medida de lo suficiente de los alimentos y no preparar porciones desproporcionadas, que la saciedad, la plenitud y la satisfacción la da el cerebro y no el llenado del estómago, que ahora estoy más calma y reflexiva, que amo con el corazón, que los días ahora son más largos porque están más ordenados, que en la hora de intravisión callo mi mente, que somos más que un cuerpo físico, que yo soy la responsable de solucionar todo lo que me pasa, que la longevidad debe ser con calidad de vida, que el donar sangre es donar vida (soy dadora voluntaria de sangre desde hace muchos años), que yo soy tu (la divina proporción), etc., etc.
Todo esto rodeada de un grupo humano lleno optimismo y energía positiva: mis compañeros de clases, todos comprometidos con cambios positivos que impactan para el cambio del otro.
Reconozco que con la alegría que brinda el conocimiento que nos transmite Richard cada día y la fuerza que tienen las clases, encontré en estos 112 días de duración del programa mi deseo hecho realidad y 112.000 otros “algo más” que ennoblecen mi ser.
Muchas gracias Richard, sos un gran ser humano que das incondicionalmente.
Cristina Tortorella – Junio de 2013
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