jueves, 6 de marzo de 2014

PEDIR AYUDA

PEDIR AYUDA
Dos frases para reflexionar: 

"Pedir ayuda, ayuda. Pedir por pedir, ¿ayuda?". Richard Frenkel

"El pedir ayuda debe salir de un deseo interno profundamente reflexionado, decidido por uno mismo y debe ser hecho desde una posición de humildad, franqueza y confianza". Richard Frenkel

El pedir ayuda y aceptarla no te hace quedar mal.
El pedir ayuda y aceptarla no te hace ser menos importante.
El pedir ayuda y aceptarla no hace que la gente piense mal de ti.
El pedir ayuda y aceptarla te saca de la soledad
El pedir ayuda y aceptarla te integra a la realidad.
El pedir ayuda y aceptarla te compromete.
El pedir ayuda y aceptarla abre tu corazón.
El pedir ayuda y aceptarla te trae paz, calma y alivio inmediato.
El pedir ayuda y aceptarla te ennoblece.
El pedir ayuda y aceptarla le hace sentir a la persona a la que se la pides, que esa persona es importante para ti.
El pedir ayuda y aceptarla le hace sentir a la otra persona, que esa persona es importante para ti porque te puede ayudar.
El pedir ayuda y aceptarla te coloca en la dirección correcta.
El pedir ayuda y aceptarla permite que la ayuda se acerque a ti.
Al pedir ayuda y aceptarla, ayudas a que te ayuden.
Al pedir ayuda y aceptarla sucede todo lo anterior. 

...Pero al aceptarla con la mente y el corazón, ¡te pones en marcha!

¡Habla, pide, expresa en forma verbal y corporal tus emociones y deseos afectivos! No des por sentado lo que los demás deberían saber de ti, de acuerdo a tu criterio, porque los demás no lo saben y sufrirás decepciones, al no llegar las respuestas o situaciones que tú esperas.

Diles en toda ocasión - cada día y varias veces, si es posible - a tus hijos y a tus nietos, cuanto los quieres, ¡abrázalos, abrázalos y bésalos! Motívalos constantemente con palabras positivas, felicítalos constantemente por sus avances y logros, guíalos con ejemplos y acciones concretas de vida saludable, muéstrales con tus ejemplos el camino a una vida saludable y libre de los excesos, dales todo el cariño que puedas, siempre. 

Para agrandar tu felicidad, esto lo puedes hacer extensivo a todo el resto de tu familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo o diversos grupos de relación humana que integres.

Enséñales el concepto de la suficiencia. Con estas acciones los estarás educando para que tengan una vida lejos de excesos, faltas momentáneas, carencias profundas o adicciones de todo tipo.

Si no sabes cómo o no puedes hacerlo, pide ayuda y acéptala con la cabeza y el corazón, primero te lo enseño a ti para que luego tú, lo puedas transmitir.

A eso me dedico como coach (entrenador) de vida.


Richard Frenkel 

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