LA ALEGRÍA vs. EL
RESENTIMIENTO
El estado natural de una persona es
tender a vivir la mayor parte del tiempo con alegría. Cuándo una persona comienza
a vivir una situación de resentimiento hacia algo,
alguien o hacia algunas personas o situaciones pasadas, se le va la alegría
y comienza a morir. Y no me refiero a la muerte
física tradicional que todos conocemos, sino a otro tipo de muerte, la
muerte de la alegría. Una persona sin alegría es cómo
un árbol sin savia...pronto comienza a secarse. La alegría es
la sangre espiritual con que fuimos proveídos al nacer para vivir contentos.
La alegría es el blindaje físico y mental con que Dios nos
proveyó para nuestro mejor vivir. Una sonrisa - que es la
mejor forma de comenzar la expresión de la alegría de una
persona hacia otra - es un misil disparado hacia el corazón del resentimiento. La alegría es
la medicina natural que protege al ser humano de todas las
enfermedades físicas y mentales. Cada alegría muerta,
es un antibiótico menos de protección que una persona tiene en su cuerpo. Por
cada alegría muerta, automáticamente nace una duda, una
tristeza, una angustia, un miedo, una soledad o una situación que, de haber
vivido la alegría no se hubiera producido o ni siquiera se
hubiera acercado. La alegría es la esencia aromática eterna
que perfuma a la vida. La alegría es ese sol brillante que
cuándo aparece, le da vida a la vida. El resentimiento es esa
sombra que poco a poco se va poniendo más oscura y va trayendo la noche.
La alegría es creación y trae más alegrías, el resentimiento
es rencor en estado puro y sólo trae penas y frustraciones. La alegría es
movimiento y libertad, el resentimiento es quietud,
aislamiento y encierro. La alegría acerca y el resentimiento aleja
a la persona de las personas, de las cosas y de la convivencia social.
Richard
Frenkel – Coach de Vida
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