martes, 17 de abril de 2018

EL CLIC, EL BAMBÚ JAPONÉS Y EL CONCEPTO DE LA SUFICIENCIA


EL CLIC, EL BAMBÚ JAPONÉS Y EL CONCEPTO DE LA SUFICIENCIA
  
Extractado del libro 4 El Alivio de lo Suficiente de Richard Frenkel.

Todo proceso de cambio trae implícito un tiempo de espera, justamente porque es un proceso y no un hecho eventual.

El concepto de la suficiencia, aplicado a los excesos de todo tipo, viene a producir ese cambio tantas veces soñado por las personas que están tomadas por los excesos, sin saber cómo salir de este proceso adictivo con sustancias, comidas o situaciones de todo tipo.

Si bien todos esperamos ese famoso “clic,” o hecho inicial que nos de la señal de partida para comenzar dicho proceso de cambio, debemos tomar en cuenta que es solamente el punto de partida.

El famoso “clic” no es la solución mágica que soluciona todos los problemas en un instante, no es la solución en sí misma de ningún problema específico, sino que ese “clic” es el “clic” de la cerradura de la puerta que se abre, para mostrarnos esta vez sí el verdadero camino que debemos recorrer, para solucionar definitivamente el tema de separar los excesos de lo que es suficiente para nosotros, en el área de la vida que nos estemos ocupando.

El concepto de la suficiencia es ese “clic”, ese giro de 180º en nuestra manera de pensar, solamente en el área de los excesos, ese punto de largada que debemos hacer en nuestra mente para ver clara–mente y visualizar cuál es la medida de lo suficiente y cuál es el exceso que nos hace daño. Ese es el “darse cuenta” que es puramente vivencial y sentimental, es el famoso me “cayó la ficha”, el famoso “I got it” en inglés.

Pero a diferencia de otros “clics” que hemos tenido con anterioridad, el concepto de la suficiencia, nos trae esta vez una sensación que nunca antes la habíamos sentido cuando nos decidíamos a encarar el tema frente a los excesos. Nos trae en el preciso instante de la toma de decisión, en una fracción de segundo, una sensación que estuvimos buscando toda la vida y que no habíamos podido encontrar nunca: la sensación de calma y el alivio por saber profundamente que, esta vez, se ha encontrado la solución definitiva a este tema, sin sentir nunca más restricciones de ningún tipo.

Una vez que tengo incorporado el concepto de la suficiencia en mi mente y en mi corazón y la medida de lo suficiente en mis ojos y en mi estomago (en el caso de los excesos de comida) lo puedo ir llevando a todas las distintas áreas de la vida en que tenga problemas con los excesos. No más sentir que hago una más de las tradicionales dietas restrictivas reengordante de las creadas en el siglo veinte, no más sentir restricciones en nada, no mas sentir la sensación de poco, no más sentir que me falta algo, no más sentimientos de compensación, no más compulsiones producidas por las restricciones, no mas angustias por no poder comer lo que uno quiere.

Con el concepto de la suficiencia uno siempre come todo lo que quiere y eso trae mucha paz, calma y alivio. Porque con la suficiencia uno tiene el 100% de todo lo que quiere a cada momento del día. Con la suficiencia uno vuelve por primera vez después de mucho tiempo a ser el dueño de su “quiero” propio, que antes estaba en manos de los excesos.

¿Y cómo relacionamos todo lo anterior con el bambú japonés? (1)

No hay que haber nacido en el campo para saber que para lograr que una cosecha sea productiva se requiere de buena tierra, de buenas semillas, de buen abono y de riego constante. También sabemos que quienes cultivan la tierra no se paran impacientes frente al campo y esperan ver salir al otro día las plantas sobre la superficie de la tierra. Tampoco agarran semilla por semilla y tiran de ellas para que el brote salga rápidamente y crezca más ligero, porque saben que la semilla que sembraron, debe pasar por el proceso de desarrollo que la naturaleza le impuso, tampoco se ponen a gritar y a protestar ante los miembros de su familia porqué no sale la cosecha al otro día de haber plantado las semillas.

Menos aún se ponen a suplicar ¡crece por favor!

El bambú japonés, tiene un ciclo de crecimiento que es muy curioso y diferente a todos los tradicionales en el mundo vegetal y que lo transforma en no apto para impacientes: El proceso es similar como en todos los casos conocidos. Primero hay que sembrar la semilla, luego hay que abonarla y el proceso sigue con el regado constante.
Durante los primeros meses y años no sucede nada diferente y que se pueda ver. En realidad, no pasa absolutamente nada con la semilla durante los primeros cinco años, ¡si, cinco años! a tal punto que, si el proceso lo hubiera hecho alguien que no tiene experiencia en el sembrado de bambú japonés, podría pensar que le vendieron semillas de mala calidad o que directamente no servían.

Sin embargo, durante el quinto año, se produce el milagro de la naturaleza, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!

¿Tardó sólo seis semanas en crecer?

No, la verdad es que se tomó cinco años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros cinco años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de cinco años.

Sin embargo, en la vida cotidiana y especialmente en el tema específico de enfrentar el tema de los excesos, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito, es simplemente resultado del crecimiento interno de una toma de decisión y que éste requiere de un tiempo prudencial para ver los resultados.

De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones, de cualquier índole, en las que creemos que nada está sucediendo.

Y esto puede ser extremadamente frustrante, para las personas que no tienen tolerancia a la frustración.

En esos momentos (que todos tenemos) cuando nos pasan por la cabeza esos impulsos de dejar todo lo que estamos intentando hacer para darle una solución definitiva al tema de los excesos, pues no vemos los resultados inmediatos que nos propusimos, sin entender que uno es dueño de tomar las decisiones para mejorar, pero no es el dueño de los tiempos que tiene nuestro cuerpo de llevar a cabo esas decisiones, en esos momentos hay que recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que -en tanto no bajemos los brazos - ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, SI está sucediendo algo..., dentro nuestro: estamos creciendo, madurando y saliendo de un proceso que en algunos casos nos llevo a vivir toda una  vida basada en ideas erróneas que nos mantuvieron atrapados por los excesos, hasta el día de hoy.

Quienes no se dan por vencidos, quienes adopten el concepto de la suficiencia como modelo para poder separar los excesos que hacen daño, de lo que es suficiente para vivir con calma, alivio y alegría, van a ir gradual e imperceptiblemente creando los nuevos hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito, que comenzó en el preciso instante de la toma de decisión y que irán viviendo plenamente, con alegría, en salud y sin restricciones a cada momento.

Así como en el crecimiento y desarrollo del bambú japonés, cada gota de agua que recibió mientras lo regaron durante cinco años hizo la diferencia entre vivir o secarse, así, con cada unidad de suficiencia que incorpores a tu vida, el crecimiento será constante y será también la diferencia entre vivir pero no secarse, en este caso será no secarse las lágrimas por haber tenido la posibilidad de vivir la mejor de las vidas y haberla desaprovechado.

Si no consigues lo que anhelas en un periodo corto de tiempo, no desesperes... quizá sólo estés echando las raíces del concepto de la suficiencia…pero ya no estás sólo. Estoy contigo si estás contigo. Estoy contigo en un proceso de coaching de vida para acompañarte día a día, hasta que resuelvas los temas de tu vida pendientes de resolución.

1- Nota: La historia específica del desarrollo del bambú japonés no la he escrito yo, la he tomado de un cuento de internet.

Richard Frenkel – Life coach

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